El Emperador Iztapalteca


Hay quienes lo consideran su presidente legítimo, otros creen que era un peligro para México y que hoy no es sino un lunático. Amado u odiado, es difícil encontrar a quien tenga una opinión neutral acerca de Andrés Manuel López Obrador. Y no es para menos. Pareciera que se empeña en actuar siempre de manera que irrite a más gente y con mayor intensidad.

El tema de hoy no es sobre si lo debieron desaforar o no, ni si ganó o perdió las elecciones presidenciales; ni siquiera hablaré sobre su presidencia legítima, ni mucho menos sobre sus pleitos con Chucho Ortega...

Hoy López Obrador nos ¿sorprende? con un berrinche más, uno que evidencia un autoritarismo como de quien hubiera gobernado el viejo México priísta... No, corrijo. Tal vez habría que remontarse a la monarquía absolutista del siglo XIX.

Bueno, vamos entrando en contexto. Como es de todos sabido, luego de que no pudo imponer a su gallo Encinas en la lucha de tribus por la dirigencia nacional (misma que tuvieron el descaro de llamar 'elección interna'), hubo un enorme distanciamiento entre Andrés Manuel y el PRD. Esto llevó a que decidiera hace algunos meses apoyar en estas elecciones al PT y a Convergencia, partidos que sí se postraban ante su suprema presidencia legítima. Por supuesto, aclaró que en algunos casos apoyaría a candidatos del PRD; así no dejaba desamparados a sus hermanos Pío y Arturo, candidatos a diputados federales en Chiapas y en Tlaxcala respectivamente. (Por cierto, el primero por PT-Convergencia y el segundo por el PRD).

De igual manera se esperaba su presencia en el D.F donde todos los candidatos los puso él con sus cuates. O al menos asi parecía hasta ayer, cuando el Tribunal Electoral Federal anuló el registro de Clara Brugada como candidata a delegada por Iztapalapa, y ordenó (al PRD) registrar en su lugar a Silvia Oliva, quien había perdido en la "elección interna" por dicha candidatura.


Aclaremos que Clara Brugada pertenece a una corriente interna del PRD llamada 'Izquierda Unida', de la que forman parte Andrés Manuel, Encinas, Marcelo y compañía; mientras que Silvia Oliva, es de 'Nueva Izquierda', (mejor conocida como "los chuchos") la corriente de la que son miembros Carlos Navarrete y por supuesto, el dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega.

Aparte, resulta que Iztapalapa es la delegación más grande y poblada de la Ciudad de México, tanto así que dicen que nadie puede ganar la alcaldía de la ciudad sin ganar Iztapalapa. Es por ello tan importante mantener el control de la zona, con miras a la elección de 2012.

Así que López Obrador se encuentra con que el Trife una vez más va contra sus intereses. Y como a todo le ve cara de 'compló' se lanza, nada raro en él, a acusar a magistrados, "chuchos", a la derecha y hasta la influenza de "atropellar la democracia".

¿Y cómo reacciona ante este 'atropello'?
Como un verdadero emperador:

  1. Le ordena a sus legiones de Iztapalapa votar por Rafael Acosta, candidato del PT, toda vez que la candidata del PRD ya no será su comadre Clara.
  2. A a Acosta le "pide" que una vez que gane, renuncie; de hecho, el candidato del PT, juró ante cientos de personas, renunciar una vez que gane y hacer "lo que al país y al presidente legítimo les convenga".
  3. ¿Para qué sirve que renuncie a la delegación? Bueno, porque entonces su carnal Marcelo tendrá que proponer a la asamblea legislativa a alguien para ocupar el puesto; por supuesto, le "solicitará" al jefe de gobierno que sea Clara Brugada dicha candidata.
  4. Ah, y por si fuera poco, no dudó en alardear de su control sobre el poder legislativo capitalino: "Y como vamos a tener mayoría de diputados" - afirmó - "[Brugada] será la delegada de Iztapalapa".


Resumen: obliga a renunciar a un candidato libre, le dice por quien votar a sus simpatizantes, le dice qué hacer al jefe de gobierno y ni se preocupa por una asamblea legislativa construida enteramente a su antojo. Es evidente que Andrés Manuel ha llegado al límite del autoritarismo.

Quiero dejar en claro que no soy anti-peje. De hecho, hace tres años esperé cuatro horas en una casilla especial para votar por López Obrador. Sin embargo, aun cuando crea en su honestidad y vocación de servicio, me parece aberrante que en nuestros días aun existan quienes recuerdan con nostalgia los días del priísmo totalitario y se comporten de manera tan incongruente: por un lado quejándose del "poder de la mafia" y por otro manejando un partido al más puro estilo Corleone.

Ante los desplantes de Andrés Manuel, cada vez me cuesta más trabajo creer que "estaríamos mejor con López Obrador".

2 comentarios:

  1. Si crees en su honestidad a estas alturas, de verdad que te falta ver lo suficiente o, me imagino, te falta vivir en esta ciudad caótica, endeudada, plagada de ambulantes, con el crimen a la puerta de las casas, y con un sinfín de funcionarios trácalas. ¿A quién se debe todo eso? Al que calificas de "honesto".

    Yo te pregunto, ¿es honesto imponer candidatos? ¿Es honesto brincarse el voto popular? ¿Es honesto brincar las instituciones? No entro en detalles sobre sus "honestos" compañeros de equipo (Bejarano, Ponce, Ímaz y compañía), ni sobre sus muy "honestos" manejos financieros, con cuentas ocultas por doquier y un déficit que nadie explica y todos intentan tapar, repito, no entro en ellos porque, hasta donde me alcanza la memoria, están documentadísimos, y sólo no los ve... quien no los quiere ver.

    De verdad, si crees en su honestidad después de todo esto, y de ver sus actuales movimientos, deja de escribir y dedícate a vivir.

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  2. considero que AMLO es un persona emferma, ya se le subio osiempre lo ha tenido pero ahora mas el sintoma del poder en dond solo existe el.

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